jueves, 14 de noviembre de 2013

Bibliografía



Bibliografía

ALLEN, L.R., LONG, P.T., PERDUE, R.R. and KIESELBALCH, S., (1988): «The Impact of Tourism Development on Residents, Perceptions of Community Life», Journal of Travel Research, XXVII (1), pp. 16-21.
ARCHER, B.H. and COOPER, C., (1994): «The Positive and the Negative Impacts of Tourism», en Theobald, W. (ed), Global Tourism: The Next Decade, Butterworth-Heinemann, Oxford.
BOWMAN, G., (1989): «Fucking Tourists», Critique of Anthropology, Vol. IX, No2, pp. 77-93.
BROUGHMAN, J.E. and BUTLER, R.W., (1981): «A Segmentation Analysis of Resident Attitudes to the Social Impact of Tourism», Annals of Tourism Research, Vol. 8 (4), pp. 569-590.
BUTLER, R. W., (1980): «The Concept of a Tourist Area Cycle of Evolution. Implications for Management of Resources», Canadian Geographer Vol. 24 (1), pp 5-12.
COHEN, E., (1979): «Rethinking the Sociology of Tourism», Annals of Tourism Research, Vol. 6, No1, pp. 18-35.
COOPER, C., FLETCHER, J., GILBERT, D. and WANHELL, S., (1993): Tourism. Principles and Practice, Pitman, Great Britain.
DE KADT, E., (1979): Tourism-Passport to Development? Perspectives on the Social and Cultural Effects of Tourism in Developing Countries, University Press for the World Bank and UNESCO, New York: Oxford.
DOXEY, G.V., (1975): «A Causation Theory of Visitor-Resident Irritants. Methodology and Research Inferences», Proceedings of the Travel Research Association, 6th Annual Conference, pp. 195-198, Salt Lake City.
INSKEEP, E., (1991): Tourism Planning: An Integrated and Sustainable Development Approach, Van Nostrand, New York.
JAFARI, J., (1974): «The Socio-Economic Effects of Tourism to Developing Countries», Annals of Tourism Research, Vol. 10(3), pp. 3-17.
KRIPPENDORF, J., (1987): The Holiday Makers: Understanding the Impact of Leisure and Travel, Heinemann, London.
MATHIESON, A. and WALL, G., (1982): Tourism: Economic, Physical and Social Impacts, Longman, London.
MURPHY, P.E., (1985): Tourism: A Community Approach, Methuen, London.
PEARCE, D., (1989): Tourist Development, 2d ed., Longman Scientific and Technical, Great Britain.
PLOG, S., (1977): «Why Destination Areas Fall and Rise in Popularity», en Kelly, E.M. (ed), Domestic and International Tourism, Institute of Certified Travel Agents, Mass, Wellesley.
SMITH, S., (1989a): Tourism Analysis: A Handbook, Longman Scientific and Technical, England.
SMITH, V.L., (1989b): Hosts and Guests. The Antropology of Tourism, 2nd. de., University of Pennsylvania Press, Philadelphia.
SMITH, R.A., (1992): «Beach Resort Evolution. Implications for Planning», Annals of Tourism Research, Vol. 19, pp. 304-322.

Principios fundamentales en el desarrollo de la actividad turística


Como se expuso al inicio de esta Unidad, durante las primeras fases de desarrollo de una actividad turística la población local suele acoger a los turistas con entusiasmo, sin embargo, a medida que la rivalidad por los recursos locales se agudiza, los residentes van retirando su apoyo inicial. Generalmente se reconoce que, con respecto a los impactos sociocultu- rales, existe un umbral de tolerancia en cuanto a la presencia de turistas por parte de los residentes y que éste varía espacial y temporalmente.
Mientras el número de turistas y sus impactos acumulados se mantengan por debajo de ese umbral y los impactos económicos sean positivos, la presencia de turistas en el destino es aceptada por la mayoría de los resi- dentes. Sin embargo, si se sobrepasa ese umbral, empiezan a aparecer signos de descontento por parte de la población local que, si son perci- bidos por el turista, pueden significar una pérdida de calidad en su expe- riencia turística, especialmente teniendo en cuenta que las actitudes de acogida por parte de la población residente y la seguridad del turista constituyen aspectos claves de la experiencia turística integral.
El umbral hace referencia directa al concepto de capacidad de carga social, que intenta definir los niveles de desarrollo que resultan acepta- bles para la comunidad receptora y los negocios locales. Existe, asimis- mo, una capacidad de carga psicológica del turista, que refleja el punto tras el cual la presencia de otros turistas estropean irremediablemente su experiencia y, por lo tanto, su percepción sobre la calidad de la misma. La carga psicológica suele evidenciarse conforme se masifica el consu- mo de los bienes públicos (congestión de las playas, carreteras, etc.), existiendo tipos de indicadores de saturación que detectan el umbral de tolerancia (tanto de la población receptora como de la visitante) y que ayudan a actuar consecuentemente (en la Unidad 14 se tratará este tema con mayor amplitud).
Tradicionalmente, la planificación de la actividad turística ha estado más orientada hacia las exigencias de los turistas, planteándose desde la perspectiva de las facilidades y servicios que éstos necesitan, mien- tras que la cuestión del bienestar de los residentes no se ha tenido en cuenta. Este enfoque no se puede mantener si se pretende garantizar el éxito de las inversiones turísticas a largo plazo. Es necesario proteger los fundamentos mismos de la actividad –entre los que hay que consi- derar los recursos culturales–, así como garantizar la entrega de una experiencia turística de calidad que mejore la capacidad de retención del destino. Para ello, hay que contar con el consenso de los residentes permanentes de la región visitada.
Es, por tanto, importante que la comunidad local perciba y reciba bene- ficios de la actividad turística. Por ello y de cara a evitar conflictos entre los dos grupos de población –residentes y visitantes– en la utili- zación de los recursos locales, es esencial dar la oportunidad a los resi- dentes de participar y decidir sobre la planificación y desarrollo de la actividad en su lugar de residencia habitual. De esta manera, la comu- nidad local tendrá expectativas realistas sobre lo que puede esperar y se sentirá más motivada para proteger su entorno cultural y natural.
Por otro lado, también es importante que los visitantes tomen concien- cia de los efectos que su presencia puede ocasionar. En este sentido, es conveniente que sepan valorar la riqueza del entorno sociocultural que los acoge. Aunque las campañas de sensibilización pueden ser muy poco operativas en destinos masificados, en otros contextos pueden dar un buen resultado.
En definitiva, la planificación debe garantizar un desarrollo integrado del turismo en la comunidad receptora, asegurando la satisfacción de las necesidades de los turistas, pero maximizando el bienestar de los residentes. El concepto de capacidad de carga social, estrechamente relacionado con el de desarrollo turístico sustentable, debe guiar el proceso de planificación, aunque sigue siendo un gran problema la uti- lización de medidas de evaluación o herramientas de gestión, debido a su inherente subjetividad.
A modo de conclusión, la Figura 12.4 muestra un esquema global de los impactos socioculturales del turismo, elaborado por la OMT (1997).


Impactos socioculturales positivos y negativos.


Impactos socioculturales positivos y negativos

Mientras los impactos económicos del turismo han sido enfocados tra- dicionalmente desde el punto de vista de los beneficios que aporta, los impactos socioculturales suelen ser analizados desde su parte negativa. Y, sin embargo, el turismo puede aportar también beneficios positivos al fomentar el contacto entre comunidades diferentes.

Impactos positivos
Como es sabido, la calidad de la experiencia turística depende, no sólo de las atracciones principales ofrecidas en el destino, sino también de las infraestructuras y facilidades disponibles. Normalmente, el turismo trae consigo la mejora de la atención sanitaria a la región en la que se desarrolla, ya que los turistas dan prioridad a todos los aspectos rela- cionados con la salud. Dicha mejora suele extenderse, asimismo, a otras facilidades y servicios: alumbrado, recogidas de basuras, mejora de las comunicaciones, nuevas sucursales de entidades financieras, etc. Así pues, la calidad de vida de los residentes aumenta.
Por otro lado, el turismo puede ayudar a estimular el interés de los resi- dentes por la cultura propia, por sus tradiciones, costumbres y patrimo- nio histórico, puesto que los elementos culturales con valor para los turistas se recuperan y conservan, de manera que puedan ser incluidos en la experiencia turística. Este despertar cultural puede constituir una experiencia positiva para los residentes, aportándoles cierta conciencia- ción sobre la continuidad histórica y cultural de su comunidad, a la vez que pueden convertirse en aspectos que potencien el atractivo turístico del destino. De esta forma el turismo contribuye a:
La preservación y rehabilitación de monumentos, edificios, lugares históricos.
La revitalización de las costumbres locales: artesanía, folklore, fes- tivales, gastronomía, etc.
Además, el turismo puede ser el factor que acelere los cambios sociales positivos en una comunidad, en términos de mayor tolerancia y bienestar. El efecto demostración puede ser beneficioso cuando anima a los resi- dentes a luchar y/o trabajar por cosas de las que carecen, i.e. incremento del nivel de calidad de vida o valor de igualdad. Por ejemplo, el empleo proporcionado por la actividad turística en el sector ha permitido mayor movilidad en la escala social en comunidades muy jerarquizadas.
Por último, –y aunque este efecto está un tanto idealizado ya que muchas de las formas actuales del turismo no lo favorecen– otro de los impactos beneficiosos es la oportunidad que éste ofrece a sus partici- pantes de practicar un intercambio cultural con los residentes de la región que visitan. Este tipo de experiencias incide sobre la percepción del visitante hacia otras culturas y formas de vida, aumentando la com- prensión y el respeto de las diferencias.

Impactos negativos
En algunos países en vías de desarrollo, se ha extendido entre la pobla- ción local cierto resentimiento hacia el turismo internacional. En general, cabe afirmar que esta actitud será más evidente cuanto mayores sean las diferencias económicas entre visitantes y residentes. Así, por ejemplo, son focos de tensión social a tener en cuenta: la aparición de ghettos de gran lujo en lugares dominados por la pobreza, la ocupación de los pues- tos de trabajo más cualificados por trabajadores extranjeros, la menor retribución salarial a los trabajadores nacionales, etc. Para muchos países en desarrollo, el turismo establece las bases de una nueva forma de colo- nialismo basado en la dependencia de las divisas extranjeras como vía para el desarrollo económico. Por ello, en algunos destinos ha sido evi- dente el aumento del crimen, la prostitución, el juego, el terrorismo y los conflictos causados por las drogas. En ocasiones, los turistas son consi- derados como elementos a través de los cuales se puede hacer negocio y obtener publicidad (por ejemplo, en el caso del terrorismo).
El turismo puede provocar, asimismo, una desculturización del desti- no: el efecto demostración puede llevar a la desaparición de la cultura (que suele ser la de la comunidad receptora), frente a la más fuerte (la del visitante). Este fenómeno puede afectar a muchos países en desa- rrollo, ya que la cultura de los turistas suele ser percibida por los resi- dentes como superior a la local, especialmente por el mayor nivel de vida que manifiestan, provocando la adaptación de costumbres occi- dentales a culturas indígenas. La mercantilización extrema de las tra- diciones locales, despojándolas de su verdadero significado, puede fomentar un proceso de desculturización, que a la vez puede acabar destruyendo los atractivos que en su día iniciaron el flujo de visitantes.
En definitiva, se debe tener presente que determinados tipos de turis- mo –como el turismo de masas– no permiten la existencia de un ver- dadero intercambio cultural entre visitantes y residentes, por lo que favorecen la difusión y permanencia de imágenes estereotipadas sobre determinados países y sus habitantes.




Impactos socioculturales de la actividad turística

La actividad turística constituye un marco en el que, generalmente, entran en contacto personas de bagajes culturales y socioeconómicos muy diferentes, ya que implica el desplazamiento de turistas a una región distinta del lugar de residencia habitual. Los impactos sociocul- turales en un destino turístico son el resultado de dichas relaciones sociales mantenidas durante la estancia de los visitantes en el mismo, cuya intensidad y duración se ven afectadas por factores espaciales y temporales restringidos.
Según De Kadt (1979, p. 50), el encuentro entre turistas y residentes tiene lugar en tres contextos principales:
Cuando el turista compra un bien o servicio al residente.
•      Cuando ambos comparten los mismos espacios físicos (playas, paseos, etc.).
Cuando ambos intercambian información y/o ideas.
Los dos primeros son los contactos más frecuentes, sobre todo en el turismo de masas, en el cual los turistas no tienen interés en introdu- cirse en la cultura local de la región visitada sino, bien al contrario, suelen formar ghettos en los que siguen manteniendo las costumbres de sus países de origen y se relacionan con individuos de su misma nacionalidad. Como afirman Mathieson y Wall (1982, p. 121): “El turismo de masas está rodeado por, pero no integrado en, la sociedad receptora”. En muchas ocasiones el desarrollo de este tipo de enclaves turísticos, destinados al consumo de masas, facilita la segregación de la población local. Incluso en aquellas ocasiones en que predomina el turismo residencial –el visitante pasa largas temporadas en el destino–, pueden surgir problemas en las relaciones entre las dos comunidades. La dificultad de entendimiento y relación puede surgir por múltiples factores: diferentes idiomas, costumbres de consumo y comportamien- to social, valores religiosos o éticos, etc.

Algunos autores argumentan que, dependiendo del tipo de turista que visita la región, el impacto sociocultural será más o menos intenso, más o menos positivo. En todo caso, como afirma Pearce (1989), inclu- so cuando la toma de contacto entre turistas y residentes no es muy profunda, la mera observación del comportamiento de los visitantes puede inducir a cambios en las actitudes, valores y comportamientos por parte de los habitantes de la región receptora: es el llamado efecto demostración. Incluso el turismo nacional, en el que visitantes y resi- dentes proceden de un mismo contexto sociocultural, provoca cambios sociales y culturales en el destino.
Por lo tanto, los turistas no necesitan entrar en contacto con los resi- dentes para que los impactos socioculturales derivados del turismo ten- gan lugar en el destino. Cooper et al. (1993) hablan de impactos socio- culturales indirectos, refiriéndose a los cambios sociales que acompañan al establecimiento de nuevas formas de comunicación, transporte e infraestructuras propias de la actividad turística. También hacen referencia a los impactos inducidos que aparecen con el aumen- to del nivel de vida económico aportado por el turismo, ya que la población modifica su comportamiento de consumo, aumentando su abanico de necesidades y acelerando así los cambios sociales.
La magnitud de los impactos dependerá, en gran medida, de las caracte- rísticas propias de los turistas y de las diferencias socioculturales exis- tentes con respecto a los residentes. Inskeep (1991) señala que las prin- cipales diferencias se centran en los sistemas de valores, en las creencias religiosas, en las tradiciones y costumbres, en los estilos de vida, en los modelos de comportamiento, en las actitudes hacia los extranjeros, etc.
Según la tipología de Plog (1977) (Figura 12.1), los turistas pueden cla- sificarse siguiendo un espectro que alinea a los allocéntricos en un extremo y a los psicocéntricos en el otro. El grupo de los allocéntricos se siente atraído por nuevos destinos desconocidos, en los que no exis- ta desarrollo turístico previo y en los que pueda adaptarse a las cos- tumbres locales. El grupo de los psicocéntricos, sin embargo, busca entornos familiares, no se aventura a visitar lugares desconocidos, no se adapta a las costumbres de las regiones que visita y necesita un gran número de infraestructuras turísticas para el desarrollo de su experien- cia turística. Generalmente, los allocéntricos suelen proceder de gru- pos sociales con mayor poder adquisitivo que los psicocéntricos. Entre estos dos polos, completamente opuestos, Plog sitúa a los para-allo- céntricos, a los céntricos y a los para-psicocéntricos, argumentando que la mayoría de la población pertenece a los céntricos.



Los impactos causados por los psicocéntricos tienen muchas probabi- lidades de ser más significativos que los creados por los allocéntricos. Aunque esta tipología no es inmutable, permite realizar un seguimien- to del desarrollo de la región como destino turístico. Así, los destinos suelen ser descubiertos por los allocéntricos; a medida que la región va atrayendo a más gente, los allocéntricos se lanzan a la búsqueda de nuevos lugares menos visitados y comercializados. Por otra parte, los destinos con ventajas comparativas fuertes en términos de clima o localización podrán mantener su posición en el grupo de los céntricos más tiempo que los que no tengan ese tipo de atractivos.
Existen otras tipologías que resultan útiles como marco para clasificar a los turistas según un fenómeno determinado –generalmente, teniendo en cuenta motivaciones, comportamiento, beneficios buscados en la expe- riencia turística, etc.– y que facilitan el análisis conceptual de los impactos causados por cada grupo, ya que las actitudes de los individuos hacia el turismo varían dependiendo de factores tales como la edad, el nivel de educación, la renta disponible, el contexto cultural, etc. (Figura 12.2).



Doxey (1975) sintetiza las relaciones entre visitantes y residentes en las siguientes etapas, que pueden servir para medir el nivel de los impactos socioculturales que pueden tener lugar en un destino turístico:
Etapa de euforia: es la etapa de las primeras fases de aparición del turis- mo, cuando éste provoca exaltación y entusiasmo por parte de la pobla- ción residente, que lo percibe como una buena opción de desarrollo.
Etapa de apatía: una vez que la expansión se ha producido, el turis- mo se percibe en el destino como un negocio del que hay que sacar partido. El contacto se ha formalizado más.
Etapa de irritación: a medida que se alcanzan niveles de saturación en el destino, los residentes necesitan facilidades adicionales para poder aceptar la actividad turística.
Etapa de antagonismo: el turismo es considerado como el causante de todos los males del destino.
Etapa final: durante todo el proceso anterior, el destino ha perdido todos los atractivos que originalmente atrajeron a los turistas.
Las etapas mencionadas pueden relacionarse con las señaladas por Butler (1980) refiriéndose al ciclo de vida de un destino turístico. El autor distingue entre las siguientes etapas: exploración, compromiso, desarrollo, consolidación, estancamiento. La etapa de estancamiento puede dar lugar, bien al declive del destino turístico, bien a su rejuvenecimiento. Esta clasificación puede utilizarse para explicar la evolución de un destino o de un producto turístico (como se verá en la Unidad 16), sirviendo de guía para diseñar la planificación del mismo y teniendo en cuenta la reacción de la población residente. No obstan- te, las etapas están apoyadas en el comportamiento de una única varia- ble –el número de visitantes– y algunos autores insisten en que esta variable no es suficiente para explicar la evolución de un resort turís- tico (R. A. Smith, 1992).
Por último, hay que destacar el hecho de que el turismo puede influir directamente en la estructura social de una región o país, ya que el empleo en el sector turístico es una forma para muchos residentes de incrementar su bienestar económico y de tener más oportunidades de movilidad en la escala social (sobre todo en comunidades predomi- nantemente rurales). El turismo ha sido, por lo tanto, responsable de transformaciones profundas en muchas comunidades, siendo la migra- ción rural un exponente claro de este fenómeno (Figura 12.3).







Estudio de los Impactos Socioculturales de la ac tividad Turística y su incidencia sobre la Comuna Montañita

1. Introducción
En la década de los sesenta, la comuna Montañita empezó a convertirse en un punto de encuentro para gente, usualmente extranjera, vinculada o inspirada en el movimiento hippie y en otros movimientos alternativos, para la diversión, el  descanso y el contacto con la naturaleza.
Algunos de estos extranjeros se han quedado y han montando negocios como hoteles y restaurantes de estilo rústico principalmente en el centro del pueblo. Hoy en día el público predominante que hace turismo en la comuna son así mismo aficionados al surf o asistentes a fiestas con música electrónica. 
 
2. Ubicación
La Comuna Montañita se encuentra ubicada, Provincia del Guayas, cantón Santa Elena, Parroquia Manglaralto, a 60 Km de la ciudad de Guayaquil. Se la llama así por estar ubicada en una ensenada rodeada por cerros, y vegetación al pie del mar. 
 
3. Historia
Para el año 1962 llega al pueblo un surfista peruano cuyo nombre era Piti Block, el cual entabló amistad con algunos  pobladores de la comuna, los cuales se animaron a practicar este deporte, turnándose la tabla que había dejado el peruano, hasta que luego comenzaron a fabricar sus propias tablas con balsa. A ellos se les unieron muchos amigos y así poco a
poco comenzó a crearse una pequeña tribu bien unida de surfers. Es así como Montañita empezó a convertirse en un punto de encuentro para gente, usualmente extranjera, vinculada o inspirada en el movimiento hippie y el surf, y con gran  afinidad entre la vida alternativa de los visitantes tanto nacionales como extranjeros y la estructura y organización  comunitaria y autónoma de la comuna.
La presente investigación será un estudio de carácter descriptivo; ya que es el estudio de segundo nivel que se encarga de la descripción de las características e interrelación de los elementos y componentes del objeto o fenómeno de estudio (Ponce, Vicente: 210, 211). 

4. Análisis del tipo de turismo en la comuna Montañita.
Seguidamente en el segundo capítulo se analizó las topologías del turismo y de los turistas, si bien es cierto hay muchos  autores que establecen algunas topologías, pero en este caso vamos a ver cuáles son las que se pueden encontrar en  Montañita. Así mismo sin olvidar la topología de la planta turística, que se ofrece a los miles de turistas que visitan la comuna.
La OMT define al TURISMO como las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares  distintos al de su entorno habitual, por un período de tiempo consecutivo inferior a un año con fines de ocio, por negocios y otros motivos. Y al TURISTA como al visitante que permanece más de una noche por lo menos en un medio de  alojamiento colectivo o privado en le país o lugar visitado.
Pero en Montañita se puede encontrar el Turismo recreaciona, ,Turismo de Mochila, Turismo de aventura. Y los diferentes tipos de turista que visita la comuna son: Vagabundos, Exploradores, Turista individual masivo.
A lo que se refiere a la planta turística Montañita cuenta con 3 hoteles, 27 hostales y 6 hosterías, 15 bares y discotecas, 1 agencia de viaje y 1 operadora que brindan los servicios respectivos para la satisfacción de los turistas.
 
5. Cambios en los aspectos Socio Culturales
La comuna de Montañita ha sufrido cambios en las actividades económicas, sociales, y culturales, a través del tiempo. Con la información obtenida por medio de las encuestas realizadas a los pobladores de la comuna y las entrevistas que se hicieron al presidente de la misma el señor Leonel Del Pezo,y a otros pobladores de la comuna, fue posible desarrollar este capítulo en el cuál se tratarán los cambios más relevantes que han ocurrido en la comuna con el paso del tiempo.
La mayoría de los pobladores que se dedicaban a la agricultura hacían de esta actividad su única fuente de ingreso. Con el paso de los años la comuna se vio afectada por una fuerte sequía, la cual afectó gravemente los cultivos, por este motivo sus pobladores se vieron forzados a dejar a un lado la agricultura y dedicarse al turismo, siendo esta actividad una de las más remuneradas ya que el 48.33% de los comuneros se dedica a esta actividad.
Todas las culturas y civilizaciones han sufrido un proceso de cambio a lo largo de los años y Montañita no ha sido la excepción. De acuerdo al Presidente de la comuna, en Montañita se pueden ver a simple vista muchos cambios, debido a que se ha ido perdiendo algunas de las tradiciones que eran propias de la comuna. A lo que se refiere a la vestimenta los pobladores han dejado de vestirse como lo hacían antes que era pantalón de tela, camisas, y guayaberas, en el caso de las mujeres era vestidos o faldas largas con blusas. En la actualidad los comuneros visten con bermudas, faldas cortas, blusas con escotes, ropa apretada, sandalias, gorras, o ropa de surfistas.
Dentro de las actividades culturales, vamos a tratar los cambios más relevantes que existen en la gastronomía, y la música, así mismo trataremos a cerca de las fiestas patronales de la comuna.
El 4.16% de los pobladores de la comuna nos dijeron que si han cambiado su gastronomía ya que antes era muy típico  comer pescado asado con yuca cocinada o verde asado y ahora se prepara pescado frito o se le agrega alguna salsa especial.
En la música el caso es el mismo ya que el 31.66% de los pobladores piensan que las personas han cambiado sus gustos musicales. Siendo este unos de los cambios más notorios de la población.
Anteriormente la población escuchaba pasillos, boleros, vals, cumbias, en la actualidad esto ha cambiado, ya que los  jóvenes han dejado de lado estos ritmos por adoptar otros, los cuales muchas veces son canciones en inglés y la mayoría de los jóvenes no hablan este idioma y por lo tanto no entienden las letras de las canciones. Cantantes como
Bob Marley se han convertido en el preferido de muchos en la comuna, así también la música electrónica, ya que como es conocido por todos, son muy populares las fiestas estilo rave y electrónicas. 
 
6. Determinación de los Impactos Socioculturales en la comuna Montañita.
Para finalizar tenemos el cuarto capítulo en donde  se hará un análisis de los impactos socio-culturales del turismo, que  ocurren cuando las comunidades anfitrionas se encuentran en contacto directo con los turistas.
El turismo ha acarreado muchos cambios en la comuna, muchos de ellos han sido positivos, y afectan directamente a los pobladores de la comuna, los cuales se detallarán a continuación:
• Mejora en las facilidades e instalaciones del destino.
• Mayores oportunidades económicas que permiten mejorar la calidad de vida
• Enriquecimiento cultural, a través del conocimiento de otras culturas y sociedades. 
 
A continuación se detallará los  impactos negativos que produce el turismo sobre la comuna y sus habitantes:
• Desigualdad Económica
• Incidencia en violaciones sexuales
• Culturización.
• Incidencia en la drogadicción
• Incidencia de la prostitución
• Delincuencia
 
Muchas personas piensan erróneamente que la causa del problema de venta y consumo drogas, ruido o escándalo en las  calles, y delincuencia son los turistas extranjeros o más llamados “gringos”, pues no es completamente cierto, ya que como se pudo observar, son los turistas nacionales son los que causan gran parte de desmanes en la comuna.
No existe un control por parte de la policía para este tipo de problemas, en la comuna no existe un retén policial, el  Presidente de la comuna nos informó que ellos ya han realizado los trámites correspondientes para que las autoridades se  hagan notar en la comuna y así poder cambiar la mala imagen que se tiene de Montañita.
 
 
 

La consideración de los impactos socioculturales

Lo expuesto hasta aquí exige que tengamos en cuenta los cambios y transformaciones que puede provocar el turismo en las comunidades receptoras.
La implicación de la comunidad local en el proceso de desarrollo turístico es un aspecto que los gestores o responsables del destino turístico deberán tener en cuenta, atendiendo al cambio y la evolución de la percepción de los efectos que la actividad turística provoca.
No sólo debe tenerse en cuenta la percepción (y el cambio en la misma) de los residentes), también hay que intentar concienciar al turista de las consecuencias que su presencia puede acarrear. Evidentemente, la situación será muy diferente según consideremos destinos masificados o destinos incipientes.
Esto nos conduce a la consideración de la capacidad de carga del lugar. Existe un umbral de tolerancia que marca los límites de la expansión de la actividad. Una vez superado este umbral, la reacción de la comunidad es negativa. Asimismo, el turista puede tener un umbral propio de saturación del destino y, en consecuencia, de rechazo. Nos estamos refiriendo a la capacidad de carga, concepto que, aunque definiremos en otros apartados, se refiere en este caso a la dimensión que puede alcanzar la actividad sin que sea rechazada por los residentes o sin que el turista empiece a valorar negativamente el destino (saturación).
 

Impactos sociocultural es negativos del turismo

Veamos la otra cara de la moneda, los impactos socioculturales negativos: 
a) La expansión del turismo provoca el desplazamiento de comunidades tradicionales (rurales, pesqueras). 
b) Se produce el efecto demostración, especialmente en los destinos emergentes: incluso sin que exista contacto directo entre residentes y turistas, la sola observación de estos últimos puede provocar cambios importantes en la forma de vestir, comportarse, etc., de los locales.
c) El aumento del número de visitantes puede ir acompañado de más drogas, delincuencia, problemas de corrupción y sobornos, prostitución, etc.
d) Se pueden introducir cambios sociales importantes, como la ruptura de la unidad familiar, etc., que produzcan modificaciones notables en la forma de vida. 
e) En caso de que los mejores trabajos generados por el sector turismo sean ocupados por foráneos o extranjeros, pueden producirse situaciones de discriminación e incluso una reacción adversa y resentimiento por parte de la comunidad receptora. 
f) La herencia étnica y las tradiciones culturales pueden degradarse al comercializarse para los turistas. 
g) La vida cotidiana de los residentes puede verse muy alterada con la presencia de los turistas (fotografías, observación, etc.).