Como se expuso al inicio de esta Unidad, durante las primeras fases de desarrollo de una actividad turística la población local suele acoger a los turistas con entusiasmo, sin embargo, a medida que la rivalidad por los recursos locales se agudiza, los residentes van retirando su apoyo inicial. Generalmente se reconoce que, con respecto a los impactos sociocultu- rales, existe un umbral de tolerancia en cuanto a la presencia de turistas por parte de los residentes y que éste varía espacial y temporalmente.
Mientras el número de turistas y sus impactos acumulados se mantengan por debajo de ese umbral y los impactos económicos sean positivos, la presencia de turistas en el destino es aceptada por la mayoría de los resi- dentes. Sin embargo, si se sobrepasa ese umbral, empiezan a aparecer signos de descontento por parte de la población local que, si son perci- bidos por el turista, pueden significar una pérdida de calidad en su expe- riencia turística, especialmente teniendo en cuenta que las actitudes de acogida por parte de la población residente y la seguridad del turista constituyen aspectos claves de la experiencia turística integral.
El umbral hace referencia directa al concepto de capacidad de carga social, que intenta definir los niveles de desarrollo que resultan acepta- bles para la comunidad receptora y los negocios locales. Existe, asimis- mo, una capacidad de carga psicológica del turista, que refleja el punto tras el cual la presencia de otros turistas estropean irremediablemente su experiencia y, por lo tanto, su percepción sobre la calidad de la misma. La carga psicológica suele evidenciarse conforme se masifica el consu- mo de los bienes públicos (congestión de las playas, carreteras, etc.), existiendo tipos de indicadores de saturación que detectan el umbral de tolerancia (tanto de la población receptora como de la visitante) y que ayudan a actuar consecuentemente (en la Unidad 14 se tratará este tema con mayor amplitud).
Tradicionalmente, la planificación de la actividad turística ha estado más orientada hacia las exigencias de los turistas, planteándose desde la perspectiva de las facilidades y servicios que éstos necesitan, mien- tras que la cuestión del bienestar de los residentes no se ha tenido en cuenta. Este enfoque no se puede mantener si se pretende garantizar el éxito de las inversiones turísticas a largo plazo. Es necesario proteger los fundamentos mismos de la actividad –entre los que hay que consi- derar los recursos culturales–, así como garantizar la entrega de una experiencia turística de calidad que mejore la capacidad de retención del destino. Para ello, hay que contar con el consenso de los residentes permanentes de la región visitada.
Es, por tanto, importante que la comunidad local perciba y reciba bene- ficios de la actividad turística. Por ello y de cara a evitar conflictos entre los dos grupos de población –residentes y visitantes– en la utili- zación de los recursos locales, es esencial dar la oportunidad a los resi- dentes de participar y decidir sobre la planificación y desarrollo de la actividad en su lugar de residencia habitual. De esta manera, la comu- nidad local tendrá expectativas realistas sobre lo que puede esperar y se sentirá más motivada para proteger su entorno cultural y natural.
Por otro lado, también es importante que los visitantes tomen concien- cia de los efectos que su presencia puede ocasionar. En este sentido, es conveniente que sepan valorar la riqueza del entorno sociocultural que los acoge. Aunque las campañas de sensibilización pueden ser muy poco operativas en destinos masificados, en otros contextos pueden dar un buen resultado.
En definitiva, la planificación debe garantizar un desarrollo integrado del turismo en la comunidad receptora, asegurando la satisfacción de las necesidades de los turistas, pero maximizando el bienestar de los residentes. El concepto de capacidad de carga social, estrechamente relacionado con el de desarrollo turístico sustentable, debe guiar el proceso de planificación, aunque sigue siendo un gran problema la uti- lización de medidas de evaluación o herramientas de gestión, debido a su inherente subjetividad.
A modo de conclusión, la Figura 12.4 muestra un esquema global de los impactos socioculturales del turismo, elaborado por la OMT (1997).
El turismo debe ser planificado con anticipacipacion para que exista un cronograma de actividades para los turistas y una amplia informacion.
ResponderEliminarTambien deberia ser una cuestion de organizacion con las comunidades si es el caso del turismo comunitario.
Gracias por tu acotación. La planificación del turismo se encuentra bajo el cargo de instituciones como el Ministerio encargado del mismo. Sabemos que actualmente en nuestro país no existe una verdadera y real oferta en el campo turístico, así como tampoco una impulsación para que se realice estas actividades, sin embargo poco a poco, ciertas comunidades y poblaciones con atractivos esmpiezan a impulsar está actividad.
EliminarA continuación te sugiero visites esta página. :)
http://plan-y-des-destinos-turisticos.blogspot.com/
Muy buen trabajo chicas, me parece muy importante que los turistas conozcan el impacto que ellos producen en el lugar cuando se movilizan en grandes cantidad. Nos gustaria conocer un ejemplo que se de en el Ecuador, y la ubicación, ya que es un tema de mucho agrado e interés para la población.
ResponderEliminarFelicitaciones
Vicky, Vero, Grace